viernes, 12 de abril de 2013

Píldora + 5: Compartir buenas noticias



 Buenos y saludables días amigos!
Generalmente tendemos a buscar a los demás cuando nos pasan cosas malas. Buscamos al amigo o al compañero amable del trabajo para contarle lo que nos pasó, lo mal que lo pasamos, etc. Con ello minimizamos nuestro nivel de estrés y emociones negativas. Cuando compartimos con los demás cosas buenas, lo que nos ocurre es que saboreamos de nuevo el evento, lo embellecemos y sacamos todavía mas beneficio de la dicha. Mi píldora + de hoy tiene que ver con el Compartir buenas noticias, y sus efectos sobre nuestra felicidad y bienestar, y la de los demás.
Las buenas noticias nos hacen sentir alegría, entusiasmo, júbilo..., pero al compartirlas con los demás volvemos a sentirnos tan bien como cuando las recibimos, y además, y no menos importante, contagiamos nuestro buen feeling a los demás. Creo que esta es una vía de comunicación que deberíamos trabajar mas, tanto a nivel personal como profesional.
La investigación científica ha demostrado que el intercambio de buenas noticias o hablar a otros acerca de las experiencias positivas, tiene resultados positivos ya que permite (1) aumentar las emociones positivas y (2) recordar esa experiencia y disfrutarla a lo largo plazo (Gable, Reis, Impett, y Asher, 2004). En un estudio experimental realizado recientemente por Reis y colegas en 2010 en la prestigiosa revista Journal of Personality and Social Psychology, encontraros que compartir buenas noticias con otros aumenta el valor percibido de los acontecimientos, especialmente cuando los otros responden con entusiasmo a nuestras buenas noticias. Además, las respuestas entusiastas a compartir buenas noticias promueven el desarrollo de la confianza y la orientación prosocial hacia el otro. Lo interesante de este estudio, es que el mismo mecanismo psicológico ocurre cuando compartimos noticias con desconocidos que con conocidos. Curioso ¿verdad?
Un mecanismo psicológico que explica los beneficios de compartir buenas noticias  el “contagio emocional”. A la mayoría de nosotros nos es familiar la frase “estamos en la misma onda” cuando nos referimos a compartir con otros algún gusto, hobby o preferencia. También es posible el caso de sintonizar emociones con otras personas en determinadas circunstancias. Por ejemplo, nos sentimos alegres en una reunión de amigos, y tristes en un entierro. Tendemos a reír en el cine cuando oímos a otras personas que se ríen también, contagiándonos sus emociones, o si somos amantes del deporte, nos alegramos cuando nuestro equipo gana la liga J.
En estos casos, podemos decir que de una forma u otra “captamos” las emociones de los que nos rodean y las hacemos nuestras. Este fenómeno se ha denominado en Psicología “contagio emocional", y se definió ya en 1994 por Hatfield, Cacioppo, y Rapson como "la tendencia a imitar y sincronizar automáticamente las expresiones faciales, las vocalizaciones, las posturas y los movimientos con los de otra persona y, por consiguiente, a converger juntos emocionalmente". La investigación psicológica de hecho confirma, que las personas imitan automáticamente las expresiones faciales, voces, y posturas de los demás durante el trascurso de las interacciones.
También existe otra manera de capturar las emociones de los demás, ya que el contagio emocional puede producirse a través de un proceso más consciente de identificación empática. Es decir, al ser empáticos y ponernos en la “piel del otro”, podemos auto-inducirnos las emociones que está sintiendo el otro. Por ejemplo, cuando somos conscientes de que otra persona se siente triste o feliz, puede desencadenar en nosotros recuerdos de otros momentos en que nos hemos sentido de esa manera, y despertar emociones similares. En estos procesos empáticos tienen mucho que decir nuestras “neuronas espejo” que serán objetivo de otra de mis píldoras positivas J futuras.
El compartir buenas noticias, especialmente ahora con la que está cayendo ahí fuera… creo que debería ser una obligación en las organizaciones. No se trata de disfrazar la realidad, sino de realizar una búsqueda activa de aquellas cosas positivas que también pasan en las empresas día a día, y que precisamente porque estamos afectados por el “efecto de focalización” de las emociones negativas no somos capaces de ver lo positivo que también nos pasa.
Muchas veces lo esencial es invisible a los ojos… Yo siempre digo que la botella no está ni medio vacía ni medio llena, ni por la mitad… Existe otra manera de ver la botella y es verla 100% llena: mitad de agua, mitad de aire. Pero cuando todo alrededor se derrumba, tendemos a ser presas de la focalización en lo que nos va mal y solo tenemos ojos para eso. Nos centramos solo en nosotros mismos, lamiendo las llagas, y perdiendo oportunidades que hay alrededor nuestro.
Os propongo hacer un esfuerzo consciente de buscar cada día algo positivo que ocurre a vuestro alrededor, ser conscientes al experimentar esa emoción positiva en vosotros mismos, y compartir la buena noticia con vuestro equipo de trabajo, colegas, familia, amigos… Ya sabemos que AFORTUNADAMENTE tenemos canales de redes sociales para hacerlo así que, ánimo y adelante!
Compartir te hará sentir bien a ti y a los que tienes a tu alrededor!
Mañana más y mejor. Y recuerda, no es magia, es investigación!
Smiling (: