Quiero compartir con vosotros este post escrito casi por “casualidad”. Estos días me hacen un reportaje para editar un video sobre Científicos y sus avances en la investigación (Programa Método Científico de la Televisión Educativa Iberoamericana). Un reportaje sobre mi vida y las aportaciones científicas que desde la Psicología y en concreto desde la Psicología Positiva he realizado. Todo un reto, sin duda alguna :)
Una de las preguntas ¿De donde viene tu vocación? ¿Hay alguna influencia familiar? me ha hecho realizar un viaje hacia el pasado, porque realmente es una de esas preguntas poderosas que decimos en Coaching que te hace reflexionar. Consciente del “efecto retrovisor” (dar explicaciones sobre hechos pasados tildados por mi visión del presente, a toro pasado vamos!) me embarqué en este viaje hacia atrás en mi vida. Y mis conclusiones de este viaje es lo que quería compartir hoy con vosotros.
En mi familia no hay psicólogos ni similares. Mi madre, María Angeles que en paz
descansa, fue una gran trabajadora que amaba su trabajo, ella estudió
secretariado de su época en una academia en Valencia, la Academia Cots. A sus
12 años tenía que ir sola en el tranvía de entonces atravesando pueblos y
campos para llegar a Valencia, en medio de gente mucho mas mayor que ella.
Trabajó desde los 14 en una empresa de chocolates y luego en el ayuntamiento
del pueblo como secretaria, hasta que a los 65 años se jubiló. En aquella
época las mujeres al casarse dejaban de trabajar, pero ella no lo hizo y
desentonó con el sentir del momento. Nadie la entendía, solo mi padre que la
apoyó. Fue contra-corriente, era diferente, enérgica, decidida, apasionada por
lo que hacía y tenía. Perseverante y voluntariosa. El amor por el trabajo, por su desarrollo
como profesional conciliando vida laboral y familiar,
siempre me impactó y esto creo que me llegó profundamente, e influyó en mi
interés por la investigación en el ámbito de la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones.
Por parte de mi padre, Emilio, siempre me ha fascinado
su gran extraversión y ganas de vivir. Le encantaba (y todavía lo vive como si
fuera hoy) viajar y conocer gentes,
lugares, historias… El era comercial de puerta en puerta vendiendo galletas en
las pequeñas tiendas por la zona este de España. La pasión por los viajes y por la gente
creo que me vino de el. La Psicología Social (área de conocimiento científico
en donde investigo) estudia, entre otros objetos, las influencias que las personas tienen sobre las
creencias o la conducta de otros. Somos animales sociales, ya lo dijo Aristóteles el
gran filósofo griego. Mi fascinación por las personas creo que tiene su origen
aquí, con el.
Haciendo una
búsqueda mas atrás atrás de mi vocación por la Psicología Positiva, creo que
está viene de Julio, mi abuelo materno.
El era el barbero del pueblo, amable, abierto, curioso, querido por todos y con
gran sentido del humor. Murió cuando yo tenía 8 años pero todavía le recuerdo
porque siempre me hacia reír, siempre tenía esa sonrisa en los labios, una
sonrisa amplia y bondadosa, una sonrisa
auténtica. Fue mi primer contacto con la muerte y sufrí mucho.
Entre sus cosas me
dejó un libro que el siempre llevaba consigo. Todavía lo conservo “El camino de la dicha” de Victor Pauchet. Pauchet
nació y murió en Amiens (1869 – 1936). Era un cirujano Francés que ejerció en
Amiens y sobre todo en París, autor de innumerables innovaciones técnicas en
gastrectomía, anestesia y colaboración medico-paciente en el pre- y
post-operatorio que le valió fama internacional en 1905. Es reconocido como una
personalidad más creativa e independiente de la cirugía francesa finales del
siglo XIX y primera mitad del Siglo XX. Entre sus muchos libros médicos, escribió
uno más psicológico que fue el Camino de la Dicha (felicidad) en 1927.
Cuando
leí el libro por primera vez no lo entendí mucho,
pero lo re-leí mas adelante y me produjo una gran conmoción positiva. Desde su
experiencia médica con el dolor y el sufrimiento de sus pacientes escribe
Victor Pauchet el libro que desvela el secreto de la salud, el éxito y la dicha o
felicidad, y cómo se puede alcanzar la dicha por medio
del adiestramiento mental, de la propia autoeducación
del pensamiento, conociéndose uno mismo, sus valores y objetivos
mediante caminos como la voluntad y perseverancia,
el dominio de las emociones, la atención y concentración en
lo importante, el entusiasmo, el amor,
la armonía o equilibrio y la propia autoestima y autoeficacia.
Muchos
de estos conceptos se han estudiado desde la Psicología en general, y desde la Psicología Positiva en
particular, y hoy día se tiene innumerable investigación y evidencias
científicas al respecto. Lo que Pauchet supo por experiencia, mas tarde se ha
ido evidenciando en la ciencia psicológica. El desarrollo personal y profesional es
una de mis pasiones actuales y eje que sustenta tanto mi vida como mi trabajo.
Mejorando desde dentro
hacia fuera, buscando en tu interior las fortalezas que
te caracterizan, desarrollando tu talento, mediante el autoconocimiento
primero y un plan de acción para la reeducación personal después, es
como se puede seguir el camino de la felicidad y la dicha
que se multiplicará cuando utilicemos ese desarrollo personal para transcender
nuestro ego y volcarlo en la ayuda a los demás. Es así como llegaremos a
tener una vida significativa y con sentido: poniendo las fortalezas
personales al servicio de algo que nos trascienda. Cuando alcanzamos la plenitud,
una vida plena y significativa, transcendemos el ego y hacemos algo por los
demás de manera compasiva, por ayudar en el puro hilo de la humanidad. Esto es
lo que nos puede dar la felicidad
sostenible en el tiempo. Ya lo dijo Pauchet en su momento, ya lo dice
la investigación psicológica ahora.
Mañana mas y mejor y recordar: ¡No es magia, es investigación!
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